En las relaciones de pareja muchas veces se presentan indicadores que pueden ayudar a identificar el malestar o la presencia de una crisis. Saber atender las necesidades que una relación sexo - afectiva demanda, es una manera de cuidar y nutrir al vínculo.
Las intervenciones estimulan la cercanía e intimidad, favorecen la comunicación, los lazos de amistad y profundizan la conexión emocional, abriendo un espacio de vulnerabilidad donde además se abrazan viejas heridas que necesitan ser atendidas y escuchadas.
La mayoría de las parejas acuden a terapia cuando el malestar está cronificado, es decir, cuando los indicadores de una relación disfuncional se han mantenido por mucho tiempo estancados y no tenidos en cuenta. Esto provoca que muchas veces la relación no resista un proceso de reparación.